Sin embargo, la biomecánica sí puede medir parámetros físicos susceptibles de alterarse ante la presencia de dolor, siempre y cuando éste tenga suficiente entidad como para afectar a la funcionalidad del sistema músculo-esquelético.
Tras un accidente o una patología común, la valoración médica se fundamenta en pruebas estáticas, como la resonancia magnética, el TAC, las radiografías, etc., pero necesita de otras pruebas complementarias que evalúen la funcionalidad real del paciente de forma dinámica.